Otra fiesta
LOVE en La Plata. La más desenfrenada según la boca y letras de sus propios
organizadores.
Voy decidida a
cubrirla auditiva y visualmente sin mis compadres del desmadre, severos
disfrutadores de la electrónica de bandera. Fui a una con anterioridad por
accidente, sin recordar quienes y por qué estaba ahí. Esta vez tenía que
recordarla y disfrutarla como nos lo merecíamos (la fiesta, dadora de vida y
yo).
Antes de
salir, leo en La Vecindad del Electro las entrevistas a los productores, DJ´s y
VJ´s que iban llenarnos de ruido los poros, de sinuosos o veloces sonidos. La
curiosidad que despertaban los fragmentos de producciones tenían que cubrir las
expectativas que prometían. Debían y, en ese caso, sería una noche fascinante
con su posterior feriado donde todos juraríamos a la Bandera con lo puesto, con
nuestros restos enclenque.
Como el Dream
Team, el Equipo de los Sueños de la Juerga: Arriba de izquierda a derecha: Paul
Henta; Audioperu; Keem All Hippies; Landon; abajo: TV Noise; Scotten Beat y
Basse Deejay
Llego al
local. Un cuarto de cuadra de cola para ingresar. Hacía mucho que no formaba
fila para entrar a ningún lado. Recordaba los boliches, años atrás, que vendían
un glamour que no tenían con esas filas. Pensaba también en cómo se sentiría
una fan de Ricky Martin en los noventa esperando para entrar al estadio de
Velez o de un club de fans de Madonna antes de entrar al recital sin sentir
frío por la euforia que lo atravesaba. Nada de eso sentía: quería entrar y ver
cuánto brillo había en realidad, si había sentimiento o era mampostería, si se
transpiraba la camiseta o un público frío, frígido y poco móvil cuidando su
peinado último modelo me esperaba.
Las 3 y media
de la mañana y contando.
Dos
escenarios, tres barras y The Game: una temática lúdica á lo Juego de la Oca
donde podías entretenerte como cuando crecías y te divertías barato. Un muy
hermoso logro de parte de los creativos de la fiesta.
En el
escenario 1 tocaba AudioPeru.
El que sabe,
sabe y el que no, te deja quieto. Audioperu, además de saber qué y dónde toca,
es un emblema en la música electrónica argentina desde la década del ´80.
Particularmente, fue un gusto ser recibida así.
Su tecno atmosférico
explotaba después de ascensiones poco predecibles, perdidas en la espesura de
su sonido envolvente. Parsimonica musicalidad trepando los cuerpos cual boa
constrictor aclimatándote al ambiente. Un ambiente de cristales y terciopelo
suntuoso o latidos selváticos. Lo que prefieras. Ambas imágenes te generaba al
unísono.
Doy una vuelta
por el local y voy hacia el escenario 2.
Tocaba Scotten
Beat (tal vez tenga la edad de el resto pero parece un niño), el niño terrible
de la electrónica dubstepeada y el público estaba hipnotizado teniendo espasmos
en las caídas de los compases graves. Retorciéndose de placer. Incinerándose
con tanta geométrica energía sonora. La necesidad de descarga colectiva validaba
un pogo en medio de ese paisaje de tatuajes y sonrisas sin compromiso. Estaba
proporcionándoles lo que querían y querían mucho. House
y dubstep a secas.
Yendo
nuevamente hacia adelante, al escenario 1, terminaba su set Audioperu para
seguir con Keem All Hippies.
Antes de
empezar con Keem All voy a comentar algo que no es menor porque, gracias a la (amistosa)
amenaza propinada, bailé y digerí mis propias palabras.
Apenas llego,
me cruzo con Valentina (TV Noise) y le pregunto si ya había tocado y si Keem
All Hippies lo había hecho. Me responde que no a ambas preguntas. Habiendo oído
cosas de ella sabía que tenía garantizada una buena porción de diferentes
géneros en su set pero el otro man había declarado en la entrevista de la
Vecindad… tener bajo la manga nada más y nada menos que a Mr. Oizo, 2Many DJ´s y
Soulwax. Era mucho de algo que sabía por herencia (mis compadres me habían
serruchado el cráneo con esos DJ´s todo el año anterior) y redoblaba la apuesta
el estar en nombre de los severos disfrutadores de la electrónica (severos por
preferir la electrónica dura, primitiva, “caverna”, “cabeza” como la definían
ellos).
Entónces lo
intercepto diciéndole: “Vengo en representación de un grupo familiar de amantes
de Mr. Oizo y Soulwax,¿vos vas a tocar con eso? Más te vale que sea verdad” (o
algo así pero tenía ese espíritu de apriete). Me responde que “eso y mucho más”,
riéndose.
La verdad que
sí: dio eso y más. De las 4 y media hasta rozar las seis de la mañana sin
parar, manteniéndonos en vilo para oír qué se le ocurría, un golpe más fuerte y
macizo que el otro, pasándose por las bandejas a Mr. Oizo, Soulwax, 2Many DJ´s
a los empujones. Cuando llegué quería ver si se transpiraba la camiseta y ahí
estábamos: saltando con este psicópata del quilombo. Porque no era otra cosa,
no era música, no eran atmósferas, era quilombo de una barra de hooligans. La
gente explotaba por el aire literalmente y se venía el cierre del set. No
siendo de otra manera, así de “caverna”, terminó mezclando a Enya con Prodigy.
“Estás enfermo” y ”Eso no se hace” escuché por ahí.
Nos bailó
sabroso el tipo y lo felicité como correspondía.
Llegan Landon,
cerrando la LOVE en el escenario 1.
Conforme a la
gente animando esa noche con su set, oyéndolo tocar y refrescando la memoria auditiva
gracias a su soundcloud, podría decir que es un house fresco, enérgico sin
llegar a ser combativo o belicoso, “playero” (quienes no pisaron la arena el
verano pasado, pueden cerrar los ojos y estar junto a Pancho Dotto y su agencia
en minutos o “mover las cabezas” con mucha brillantina y lentejuelas en el
cuerpo a pesar de enmarcarnos en un húmedo invierno platense), “apto para todo
público”. Con pasajes y estallidos para multitudes que, pegadas a las barras,
aún no se animaban a bailar. Un género “bueno y conocido”, glamoroso y - por
qué no decirlo a esta altura - top (en caso de que sea una descripción válida.
Jaja).
Vuelvo a pasar
por el escenario 2 y Tv Noise hacía lo suyo: si bien había poca gente era
rendidora.
Tv Noise y sus
maquinitas son un batido de Federico Klemm. Y, aunque deseándole un buen
descanso eterno, es la única descripción que encaja y de seguro a Federico le
encantaría haber sido usado como definición. Un licuado sonoro bien espeso y
minimalista.
Esta mujer se
toma las libertades que quiere: lo bailes o no, puedas o no, crea climas
retorcidos. Juega con todo lo que le gusta y tiene a su alcance: Noise, cumbia,
EBM, hip hop, house, bandas de sonidos de series, reggaetón, gemidos, etc, etc,
etc. (En esos etcéteras son equivalentes a la caja de Pandora).
Siete de la
mañana. Final y las luces se encienden
de manera poco halagadora. Bastante
cruel y conmovedora para la concurrencia. Bueno: como se estila usualmente.
Una gozada, un
bachatazo tropical. Felices y agitados. Transpirados y satisfechos.
Para cerrar
unas humildes líneas más:
Hubiese sido mejor
invertir el orden de los últimos DJ´s del escenario 1 (Keem All… y Landon) a mi criterio (No pongo de manifiesto la
calidad de nadie: Ojo con las insidiosas interpretaciones): más que nada para
que, a la hora de abrir las puertas del local sobre el final, fuésemos una
piara de enajenados mordiendo los adoquines de las calles por la sobre exitación.
Si fue adrede, felicitaciones: conservaron el orden público en La Plata.
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